La pérdida auditiva y su conexión con la demencia y el Alzheimer

John Alexander

1/23/20242 min read

Hoy revisaremos un artículo de revista realizado por Laura Williamson de American Heart Association News.

La disminución auditiva es una parte natural del envejecimiento que difícilmente es aceptada por él paciente; el no tratarla a tiempo puede acarrear un alto coste, ya que aumenta hasta 5 veces la posibilidad de sufrir una demencia.

"Cuanto mayor sea la pérdida de audición, más probabilidades hay de desarrollar demencia", afirma el Dr. Alexander Chern, otorrinolaringólogo del Hospital Presbiteriano de Nueva York.

Las recientes investigaciones muestran que, a la edad de 70 años, el 60% de los adultos ya tienen una disminución auditiva candidata a uso de audífonos.

Sin embargo, cerca del 80% no busca tratamiento; permitiendo que la presbiacusia sea el mayor factor de riesgo modificable de la demencia.

La falta de estimulación auditiva ocasiona el deterioro de la cognición, dice Griffiths, que es coautor de un estudio publicado en 2020 en la revista Neuron en el que se evaluaron las pruebas que relacionan ambas cosas.

La pérdida de audición disminuye la actividad en las regiones clave del cerebro responsables del pensamiento, lo que provoca un aumento de la neurodegeneración y empiece por deteriorar las áreas prefrontales; afectando la atención, la motricidad motora y el estado de animo.

"El poder oír tiene un efecto potenciador en el cerebro, lo que permite procesar mejor las señales auditivas y experimentar el habla, la comunicación y la comunicación emocional, agregó.

Menos información entrante también hace que las reservas cerebrales no estén plenas, lo cual conduce a un mayor riesgo de demencia".

La pérdida auditiva obligue a la persona a agotar otros recursos cognitivos, dijo Griffiths.

"En un gran número de estudios se sugiere que escuchar en condiciones difíciles obstaculiza el desempeño de otras tareas que requieren atención.

Es necesario hacer un esfuerzo cerebral mucho mayor para escuchar las cosas, y ese esfuerzo cerebral resta una cantidad de recursos que se podrían dedicar a otras actividades".

Por consecuente, en el artículo de revisión de Chern se concluye que debe fomentarse el uso de los aparatos auditivos, ya que estos realmente pueden ayudar, no perjudicar, a las personas con pérdida de audición.

El informe de la Comisión Lancet también recomienda el uso de aparatos auditivos para reducir el riesgo de demencia.

En los estudios longitudinales se ha demostrado que la pérdida de audición es lo que sucede primero, afirma Chern.

Otros han llegado a la conclusión de que "cuanto más grave sea la pérdida de audición, mayor es el riesgo de demencia".

La pérdida auditiva también puede dificultar la socialización, y se ha demostrado que el aislamiento social aumenta el riesgo de demencia en aproximadamente un 50%.

Utilizar un aparato auditivo puede reducir el aislamiento social, pero la gente se resiste a usarlos porque existe un gran estigma percibido.

Piensan que serán vistos como viejos o discapacitados.

En realidad, es más probable que la gente piense que se es viejo si uno no puede escucharlos.

Por ende, se asocia falta de audición con vejez y al no aceptar el proceso natural del cuerpo humano, las personas se niegan el uso de ayudas auditivas.

REFERENCIAS BIBLIOGRAFICAS:

https://www.heart.org/en/news/2020/05/06/la-perdida-auditiva-y-su-conexion-con-enfermedad-de-alzheimer-y-demencia